Creo que este autor no necesita ninguna presentación, todos
sus libros son mundialmente famosos y cuenta con millones de fieles lectores.
Había leído hace años Trilogía de Nueva
York y Creía que mi padre era Dios y prometí seguir descubriendo los
entresijos de las obras del autor del azar y las bifurcaciones que resultan del
mismo. Uno de mis amigos del facebook
dio las buenas noches a sus amigos de la red con un párrafo de este
libro y enseguida se encendió la luz,.El título ya me sedujo, y en cuanto
tuve ocasión adquirí un ejemplar, el cual devoré sentaica en mi silla de la
playa.
Marco Fogg está a las puertas de la edad adulta cuando los
astronautas ponen el pie en la luna. Hijo de padre desconocido, fue educado por
su excéntrico tío Victor, que tocaba el clarinete en orquestas de mala muerte.
Cuando muere el tío, Marco cae progresivamente en la indigencia y la soledad
hasta que la bella Kitty Wu lo rescata. Marco empieza a trabajar para un
anciano paralítico y escribe su biografía que quiere legar a su hijo
desconocido. Tras un periplo marcado por el influjo de de la luna, Marco
descubrirá los misterios de su origen y la identidad de su progenitor.
Un libro contado a tres voces, con bifurcaciones a historias
que bien podrían subsistir por separado y las que Auster ha unido mediante los
personajes que coinciden en la historia gracias al azar. La orfandad, la
soledad, el silencio y la casualidad están presente a la largo de la lectura.
El principio del libro se centra en la vida y desventuras de Marco hasta que es
rescatado por Kitty Wu, con la que inicia una interesante historia de amor. En
esta época conoce a Effing, un anciano paralítico, extraño y misterioso con el
que va a iniciar un viaje al pasado y con el que Auster adentra al lector en
una rocambolesca historia en mitad del antiguo Oeste la cual enlaza con la
historia del hijo de Effing y el pasado de Marco.
Auster monta un tejemaneje inteligente con el que te va
atrapando página a página. Presenta los hechos, cuece a fuego lento y cuando te
quieres dar cuenta estás metida hasta las trancas en la historia. Es fácil de
leer, sin embargo, la complejidad estructural es enorme, está perfectamente
planificada y enlazada. No deja nada al azar aunque, paradójicamente sea el
azar el hilo invisible que ata a los personajes. La sensación de estar al borde
del precipicio es constante y los giros en las historias hacen la narración más
viva. Muestra en los personajes de Marco y Effing el concepto de libertad
expresado y llevado de diferentes maneras, aunque ambos hayan sido esclavos de las consecuencias que han acarreado dicho concepto.¿Y la luna?¿Qué pinta la luna? Pues es el nombre de un
restaurante chino y la testigo muda del puzzle de historias qué es este libro. El
final es que no quieres que haya final, lo mascas, lo saboreas lo digieres y se
queda para siempre en tu memoria. Un imprescindible de cualquier estantería.
“Hicimos el amor durante varias horas en
la decreciente luz vespertina del apartamento de Zimmer. Sin duda, fue una de
las cosas más memorables que me han sucedido nunca y creo que al final estaba
completamente transformado por la experiencia. No estoy hablando solamente de
sexualidad ni de las permutaciones del deseo, sino de un espectacular derrumbe
de muros interiores, de un terremoto en el corazón de mi soledad. Me había
acostumbrado de tal modo a estar solo que no creí que algo semejante pudiera
ocurrirme. Me había resignado a cierta clase de vida y luego, por razones
totalmente oscuras para mí, aquella preciosa muchacha china había caído ante
mí, descendiendo de otro mundo como un ángel. Hubiera sido imposible no
enamorarse de ella, imposible no quedar arrebatado por el simple hecho de que
estuviera allí.”
Preparad el lápiz que habrá párrafos que no dejaréis escapar.....